martes, 3 de enero de 2017

Tú II

Tú, 
que resbalas despacio 
por mis venas de muerta, 
que deshaces los nudos 
de mis pensamientos 
y caminas serena 
por mi memoria. 

Tú, 
que curaste las heridas 
de una guerra infinita, 
que comprendiste el dolor 
de un amor agotado 
y viajaste sin mapas 
por las grietas de mi alma. 

Tú,
que arrancaste de aquel pozo 
palabras desconocidas 
y abriste en ellas una tierra nueva, 
de derrotas menos grises 
y paisajes más oblicuos.

Tú,
que eres hija y madre 
de los poetas, 
no abandones nunca 
la frontera de mi desgracia.

P.

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