[18]
Todo lo que seas y en todo lo que te conviertas,
a cualquier lugar que vayas o donde te arrastre la marea,
donde construyas puentes con otras épocas y nos veas
de nuevo enterrando estos días eternos,
para no olvidar nunca los caminos de vuelta
ni las palabras que quedaron para siempre en el aire.
Ahí estaré.
Entre los atardeceres de aquellos veranos y las luces
de todos los inviernos, en las horas ausentes y los
despertares fugaces, para que me oigas,
allá donde te encuentres.
Que quizás otra vez, en septiembre,
ojalá haber sabido del futuro.
P.
No hay comentarios:
Publicar un comentario